El producto final es una perla de 2 mm con una estructura de un núcleo rodeado de una cápsula. Típicamente, se encapsulan productos insolubles en agua, como por ejemplo, aceite de pescado, ibuprofeno, carbón activo, etc.
Los beneficios de esta encapsulación son:
enmascaramiento del sabor
liberación sostenida
dosis personalizadas
fácil de tragar
entérico
Esta forma de las dosis es fácil de tragar debido al pequeño tamaño de las perlas, siendo especialmente aptas para los sectores pediátrico y geriátrico. Los pacientes con disfagia, que son incapaces de tragar tabletas o cápsulas grandes, pueden tomarlas fácilmente en esta forma. Finalmente, con este producto se abre la posibilidad de recetar dosis personalizadas para el tratamiento de de enfermedades crónicas.
La naturaleza de la cápsula la hace insoluble en el estómago, comienzándose a disolver cuando llega al intestino. Esto es una propiedad interesante para productos como el aceite de pescado, donde el reflujo es un efecto secundario problemático. Por otro lado, la disolución de la cápsula es lenta en el intestino, de manera que se obtiene una liberación sostenida del contenido. Como ejemplo, se presenta el perfil de disolución de las cápsulas de ibuprofeno. Hay que notar que el tiempo de liberación es ajustable.
Otro tipo de producto que se puede encapsular son las enzimas. Con esta tecnología, el enzima no se une químicamente y la cápsula no contiene polímeros sintéticos. Esto abre la posibilidad a tener un enzima inmovilizado 100% natural.
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